Reconocimiento al rol esencial del Trabajo Social en la ciudad
La Municipalidad destacó la labor de los profesionales que garantizan derechos y acompañan a las familias en múltiples áreas.
Miércoles 10 de diciembre 2025 | 10:11 Hs.
Cada 10 de diciembre, en Argentina se conmemora el Día del Trabajador Social, una decisión de Federación Argentina de Asociaciones Profesionales de Servicio Social (FAAPSS) en 2012, coincidiendo con el Día Internacional de los Derechos Humanos. Esta fecha no fue elegida al azar: busca vincular directamente la profesión con la defensa de los derechos humanos, poniendo el enfoque del trabajo social en la justicia social, la dignidad, la igualdad y la solidaridad.
En el marco de esta conmemoración, cobra especial valor visibilizar la labor de los trabajadores sociales que hoy cumplen funciones en distintas áreas de la Municipalidad de San Francisco, vinculadas con salud, discapacidad, educación, hábitat, desarrollo social, economía, niñez y adicciones, centralizadas en tres secretarías Políticas Sociales, Salud y Vinculación Educativa, Tecnológica y Productiva. Este despliegue plural habla de una necesidad real, de una respuesta estatal a problemáticas cada vez más complejas, diversas y transversales.
Son 12 los profesionales que se desempeñan dentro del municipio cumpliendo un rol amplio, dinámico y profundamente vinculado a la garantía de derechos, entre ellos están Verónica Cuello, Romina Pino, Sofía Panero, María Laura Trossero, Rodrigo Beccaría, Melina Colombano, Analía Pagliano, Cintia Méndez, Betiana Sández, Cecilia Córdoba, Germán Baumgartner y Yamila Depetris.
Las trabajadoras sociales del área de Salud cumplen funciones afines en la atención primaria: promoción, prevención, seguimiento de casos y abordaje territorial, interviniendo en programas vinculados a embarazadas con sífilis, personas con Chagas o con tuberculosis. Cada uno de estos programas requiere un acompañamiento cercano que incluye visitas domiciliarias, articulación entre áreas y seguimiento del grupo familiar. “Trabajamos con programas sociales y cada uno implica un seguimiento minucioso de cada caso, con abordaje territorial, familiar y comunitario”.
Al mismo tiempo, está las profesionales que intervienen en educación, hábitat, desarrollo social, discapacidad, economía, niñez y adicciones, lo que evidencia el carácter multidimensional de la profesión. “El Trabajo Social no es una profesión monofuncional, sino polivalente, capaz de adaptarse a distintas realidades y demandas, con el objetivo de garantizar derechos humanos”, aseguraron.
En muchos casos, los trabajadores sociales identifican situaciones incluso antes de que el vecino se acerque a pedir ayuda. “No siempre la demanda viene de parte del vecino: muchas veces somos nosotras mismas las que vamos derivando los casos en función de lo que detectamos”, remarcaron.
La diversidad de áreas donde intervienen demuestra la amplitud y especialización de la disciplina. “El Estado municipal es el que está más cercano, el que tiene una cara visible. Muchas veces los vecinos vienen con problemáticas que no son estrictamente municipales, pero igual somos un referente y empezamos a trabajar desde ahí”, señalaron. Esta cercanía permite un abordaje integral que muchas veces implica articular con escuelas, hospitales u otras instituciones. “A lo mejor estamos trabajando algo de salud, pero necesitamos contactarnos con la escuela porque los chicos no van, y eso también es un derecho vulnerado”, comentaron.
Las profesionales enfatizaron que la especificidad del trabajo social es irremplazable. “No todo lo puede hacer otro profesional: el diagnóstico social lo hace un trabajador social”, afirmaron, explicando la importancia de la formación, la mirada técnica y la capacidad para fundamentar intervenciones. La confianza que generan en las familias es un pilar central: “La gente te abre la puerta porque sabe que no vas a juzgar. El vínculo con el otro es parte de nuestra profesión”.
En este contexto, también señalaron que el aumento de la demanda está ligado al deterioro socioeconómico y a nuevas responsabilidades que los municipios asumieron en los últimos años. “La situación social se ha complejizado y las demandas han crecido muchísimo”, expresaron. A su vez, destacaron la necesidad de equipos interdisciplinarios donde siempre haya un trabajador social: “No hay otra profesión que tenga esta amplitud. En salud, en educación, en hábitat o en discapacidad, siempre se necesita un trabajador social”.
En este sentido, las profesionales recordaron también a las colegas que abrieron camino. “También queremos reconocer a las colegas que se han jubilado, por las que, cuando eran muy poquitas, nos enseñaron a trabajar en lo colectivo y marcaron un horizonte”, expresaron emocionadas. Ese legado se refleja hoy en un equipo más numeroso, presente en múltiples áreas y con un rol clave en la garantía de derechos.
Las trabajadoras sociales destacaron que su labor no se reduce a gestionar recursos. Es un trabajo profundo y constante sobre las subjetividades, los vínculos, los procesos familiares y comunitarios. “No es una visión caritativa ni sólo asistencial, es una intervención social”, afirmaron.
En el marco de esta conmemoración, cobra especial valor visibilizar la labor de los trabajadores sociales que hoy cumplen funciones en distintas áreas de la Municipalidad de San Francisco, vinculadas con salud, discapacidad, educación, hábitat, desarrollo social, economía, niñez y adicciones, centralizadas en tres secretarías Políticas Sociales, Salud y Vinculación Educativa, Tecnológica y Productiva. Este despliegue plural habla de una necesidad real, de una respuesta estatal a problemáticas cada vez más complejas, diversas y transversales.
Son 12 los profesionales que se desempeñan dentro del municipio cumpliendo un rol amplio, dinámico y profundamente vinculado a la garantía de derechos, entre ellos están Verónica Cuello, Romina Pino, Sofía Panero, María Laura Trossero, Rodrigo Beccaría, Melina Colombano, Analía Pagliano, Cintia Méndez, Betiana Sández, Cecilia Córdoba, Germán Baumgartner y Yamila Depetris.
Las trabajadoras sociales del área de Salud cumplen funciones afines en la atención primaria: promoción, prevención, seguimiento de casos y abordaje territorial, interviniendo en programas vinculados a embarazadas con sífilis, personas con Chagas o con tuberculosis. Cada uno de estos programas requiere un acompañamiento cercano que incluye visitas domiciliarias, articulación entre áreas y seguimiento del grupo familiar. “Trabajamos con programas sociales y cada uno implica un seguimiento minucioso de cada caso, con abordaje territorial, familiar y comunitario”.
Al mismo tiempo, está las profesionales que intervienen en educación, hábitat, desarrollo social, discapacidad, economía, niñez y adicciones, lo que evidencia el carácter multidimensional de la profesión. “El Trabajo Social no es una profesión monofuncional, sino polivalente, capaz de adaptarse a distintas realidades y demandas, con el objetivo de garantizar derechos humanos”, aseguraron.
En muchos casos, los trabajadores sociales identifican situaciones incluso antes de que el vecino se acerque a pedir ayuda. “No siempre la demanda viene de parte del vecino: muchas veces somos nosotras mismas las que vamos derivando los casos en función de lo que detectamos”, remarcaron.
La diversidad de áreas donde intervienen demuestra la amplitud y especialización de la disciplina. “El Estado municipal es el que está más cercano, el que tiene una cara visible. Muchas veces los vecinos vienen con problemáticas que no son estrictamente municipales, pero igual somos un referente y empezamos a trabajar desde ahí”, señalaron. Esta cercanía permite un abordaje integral que muchas veces implica articular con escuelas, hospitales u otras instituciones. “A lo mejor estamos trabajando algo de salud, pero necesitamos contactarnos con la escuela porque los chicos no van, y eso también es un derecho vulnerado”, comentaron.
Las profesionales enfatizaron que la especificidad del trabajo social es irremplazable. “No todo lo puede hacer otro profesional: el diagnóstico social lo hace un trabajador social”, afirmaron, explicando la importancia de la formación, la mirada técnica y la capacidad para fundamentar intervenciones. La confianza que generan en las familias es un pilar central: “La gente te abre la puerta porque sabe que no vas a juzgar. El vínculo con el otro es parte de nuestra profesión”.
En este contexto, también señalaron que el aumento de la demanda está ligado al deterioro socioeconómico y a nuevas responsabilidades que los municipios asumieron en los últimos años. “La situación social se ha complejizado y las demandas han crecido muchísimo”, expresaron. A su vez, destacaron la necesidad de equipos interdisciplinarios donde siempre haya un trabajador social: “No hay otra profesión que tenga esta amplitud. En salud, en educación, en hábitat o en discapacidad, siempre se necesita un trabajador social”.
En este sentido, las profesionales recordaron también a las colegas que abrieron camino. “También queremos reconocer a las colegas que se han jubilado, por las que, cuando eran muy poquitas, nos enseñaron a trabajar en lo colectivo y marcaron un horizonte”, expresaron emocionadas. Ese legado se refleja hoy en un equipo más numeroso, presente en múltiples áreas y con un rol clave en la garantía de derechos.
Las trabajadoras sociales destacaron que su labor no se reduce a gestionar recursos. Es un trabajo profundo y constante sobre las subjetividades, los vínculos, los procesos familiares y comunitarios. “No es una visión caritativa ni sólo asistencial, es una intervención social”, afirmaron.
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